DISCOTECA CHOCOLATE, VALENCIA, SPAIN

La primera vez que acudí a Chocolate fué en el puente de todos los santos de 1985. Para ser sinceros cuando anteriormente nos explicaron lo que allí ocurría nunca pensé que pudiera ser del todo cierto, parecía demasiado bonito, pero bien sabe Dios que para mi, a partir de ese momento, lo puedo calificar como "un antes y un después" de aquel puente en cuanto a percepción de lo que “la noche” de aquellos tiempos nos podía ofrecer. Mientras en Madrid se miraban el ombligo con el tema de la movida madrileña y en Barcelona solo unos cuantos se enteraban de que algo estaba cambiando, en Valencia la cultura del sonido Electrónico había calado y de que manera. Todo mezclado con el más puro sentido de la fiesta en su propia concepción, que, desde muy pequeño, se inculca, sin ir mas lejos, en los días de la fiesta de las fallas. En esa convulsa etapa de mi vida no sabía muy bien que era lo que la vida me podía deparar, pero si sabía cuales eran las cosas que me hacían disfrutar y en ese fin de semana logré encontrar el que a partir de ese momento sería el leitmotiv de mi vida, el Sonido Chocoflyted, que era así como denominábamos a los temas que, aunque no estuviéramos presentes físicamente, sabíamos a ciencia cierta que allí sonaban. Esos temas además de los de cosecha propia del local que con el paso del tiempo he logrado reconocer de las cintas de K7 que nos subían de allí ya que en aquella época no existía esta maravilla de la tecnología llamada Internet. Como decía anteriormente la primera vez que bajamos a Valencia en busca de ocio y diversión fue en 1985, En mi ciudad existían las típicas discotecas fuera de la propia ciudad donde el sonido Funk, el sonido Disco o el italo Dance eran los auténticos Reyes de la tarde-noche ya que desde el principio de la sesión hasta antes de los "lentos" (si si... lentos) solo cabían este tipo de sonido para la mass-media. Después de los temas lentos, cuatro temas "modernos" de Nueva Ola Pop y a la diez el bus de vuelta a casa. Esa era la rutina de un estudiante fracasado como tantos otros y la deseperació0n de encontrar un nuevo sol que iluminara nuestras vidas. Y allí lo encontramos en Chocolate, en Barraca, en el Lumping o en Gasolinera.
Cuando entré por primera vez en Chocolate lo primero que me impactó fué la grandilocuencia de la sala, era enorme. Las columnas eran gigantes y estaban pintadas con los anagramas de las bandas góticas mas importantes del momento, como por ejemplo Southern Death Soul, Siouxsie & the Banshees, Sisters of Mercy, Alien Sex Fiend. Otra de las cosas que me impactaron fue el amanecer en el parking de la discoteca donde existía un buen rollo casi épico. La gente "spitaba" los temas recién importados de las islas británicas y mayoritariamente vestía de negro. El sonido era maravilloso y con un volumen brutal, mezclado por Tony “el gitano”. Posteriormente el amo de la cabina pasó a ser Jóse Conca. El fue el autentico catapultador del despegue de la sala a finales de los 80’s y principio de los 90’s llegando a convertirse en la “Catedral de la Música” donde mantenía un excelente nivel técnico con los platos además de una selección increíble de los temas que se podían escuchar en la sala. Por cierto, los de la foto somos nosotros y aunque no se pueda apreciar el de dentro del coche soy yo.
Suimen6